#ElPerúQueQueremos

Sherlock

Publicado: 2010-01-13

El Holmes de la película es un héroe de comic.

Como Batman o el Hombre Araña, opera como justicia privada y paralela, supletoria a la común.

El lenguaje del cine taquillero – supongo - le agrega una sobredosis de acción que refuerza la idea del superhombre.

El tipo de los relatos originales es en cambio más reposado y socrático. La acción es reemplazada por el método de investigación, así como el industrialismo reemplazó parte del trabajo humano con la máquina.

El método de Holmes es principalmente inductivo: recoge pequeñas piezas de la realidad para construir sus hipótesis.

“¡Datos, datos - le dice a Watson - no puedo hacer ladrillos sin arcilla! Sólo después es deductivo. Incluso podría decirse que contiene trazas del método abductivo: un detective privilegiado que combina ciencia e intuición.

Las historias de Sherlock se mueven en las coordenadas precisas de la producción industrial: el insumo viene del cliente; el proceso lo realiza con el apoyo de Watson y la aplicación del método. El resultado depende de la calidad de los ingredientes y de la certeza y habilidad para develarlos en el momento justo.

Holmes tiene una fe ciega en el poder del cerebro humano, que opone a los enemigos de la época: el miedo, la ignorancia, la superstición y, por supuesto, a su némesis: el profesor Moriarty. La lucha de ambos es por el destino de la ciencia, por definir el objetivo y la utilidad del saber humano. Los rivales confrontan medios similares pero difieren en intereses y objetivos.

Holmes es así un hijo legítimo de la revolución industrial, padre del Guillermo de Baskerville de Umberto Eco y abuelo del Dr. House, quien parece haber heredado el gen de la racionalidad incondicional.

Carlos Cordero Velásquez


Escrito por


Publicado en